Parámetros renales

El control dietético y medicación ayudan a regularlo. El potasio, un electrolito esencial, está regulado en gran medida por los riñones. Su detección precoz permite intervenir y ralentizar la progresión de la enfermedad. Un análisis de orina simple puede determinarla.

El pH de la sangre es regulado por los riñones, manteniendo el equilibrio ácido-base. La presencia de hematíes (glóbulos rojos) en la orina, conocida como hematuria, puede ser un signo de enfermedad renal. La albuminuria, la presencia de albúmina en la orina, es un signo temprano de daño renal.

El filtrado glomerular (FG) mide la capacidad de los riñones para filtrar la sangre. Su monitorización regular es fundamental, especialmente en personas con riesgo. El fósforo es un mineral que los riñones ayudan a eliminar. Entre ellos destaca la creatinina, un producto de desecho muscular.

Una dieta equilibrada y tratamiento médico pueden ayudar a corregir estos desequilibrios. Las causas pueden variar desde infecciones hasta cálculos renales o tumores. El sodio, otro electrolito vital, también es regulado por los riñones. Niveles anormales, tanto altos como bajos, pueden ser peligrosos para el corazón.

Un exceso o deficiencia pueden afectar la presión arterial y el equilibrio de líquidos. Altos niveles de fósforo pueden causar problemas óseos y cardiovasculares. La acidosis o alcalosis pueden ser indicativos de un problema renal subyacente. Aunque a veces es causada por otras condiciones, siempre requiere evaluación.

Niveles altos pueden ser señal de deshidratación o insuficiencia renal. Estos filtros renales normalmente impiden el paso de proteínas grandes. Es un indicador clave de la salud renal y se calcula a partir de la creatinina.