Principal característica vinos rioja
La crianza, un factor crucial, moldea aún más su perfil, integrando los sabores de la madera. Aunque se permiten otras variedades, la Tempranillo domina la mayoría de los vinos. Desarrollan aromas terciarios complejos y suavizan aún más sus taninos.
Esta crianza cuidadosa es esencial para obtener vinos equilibrados y elegantes. Desde vinos jóvenes y frescos hasta grandes reservas de larga guarda, hay un Rioja para cada ocasión. La fruta, proveniente de la uva, aporta aromas frescos y vibrantes.
La tradición vitivinícola de la Rioja, transmitida de generación en generación, es una seña de identidad. Este enfoque en una variedad autóctona confiere identidad y singularidad a los vinos de Rioja. La acidez equilibrada es un rasgo distintivo de los vinos de Rioja. El respeto por la tierra y la sostenibilidad es una característica creciente en la elaboración de vinos Rioja.
Aporta aromas a frutos rojos como la cereza y la fresa, y un cuerpo medio que facilita su disfrute. Las bodegas, muchas de ellas centenarias, conservan técnicas ancestrales de elaboración. Los suelos arcillo-calcáreos favorecen el desarrollo de aromas complejos y estructurados.
La elegancia es una cualidad intrínseca a los vinos Rioja, reflejada en su aroma, sabor y textura.
El resultado es un vino elegante, con taninos suaves y una acidez refrescante. La crianza en barrica de roble, típicamente americano o francés, aporta notas de vainilla, coco y especias dulces. El contraste entre el clima atlántico y mediterráneo da lugar a uvas con una acidez equilibrada.
Esta capacidad de guarda los convierte en vinos apreciados por coleccionistas y amantes del vino. La versatilidad es una característica primordial de los vinos Rioja. El equilibrio entre fruta y madera es una característica clave de los vinos Rioja. El tiempo de permanencia en barrica y el tipo de roble influyen significativamente en el perfil del vino.